1 de noviembre de 2010

Memoria de un tiempo presente

Los altares ataviados de velas e inciensos que hoy se llenan de rostros perdidos en el tiempo, descubren el origen de la inocente percepción de la muerte.  Pues ¿Qué no son los vivos quienes siembran con su indiferencia y apatía, la muerte de la esperanza; los vivos que con sus palabras de odio y desprecio, nulifican la diversidad? ¿Qué no son los vivos quienes con su cobardía y silencio, acallan las voces de libertad; los vivos que con su miedo e inseguridad, silencian la creatividad?
Los vivos cómplices que hacen brotar la muerte de nuestras entrañas, devorando los ojos de los que queremos mirar para apreciar la luz, y llenando de estridentes cañonazos  nuestro presente, haciendo imposible escuchar.
Este día de muertos, se llena de vacío y una sombría sensación de culpa por no alzar la voz, por asumir como inevitable lo que en el fondo estaba en nuestras manos: bebés que debieron volver de la guardería, migrantes que debieron llegar a su destino, estudiantes que pudieron graduarse, madres y padres que no tenían por qué enterrar a sus hijos, luchadores sociales que trabajaban para que sus hijos cosecharan una vida en libertad.
Es hoy y ahora cuando comenzamos a escribir la historia para que los altares, no tengan víctimas de nuestros vicios, indiferencia y silencio. 
Que nuestra indignación sea suficiente fuerza para enterrar de una vez la desesperanza, el conformismo y la mediocridad. Que la memoria de los muertos, pase del simbolismo a la acción en nuestro tiempo, para recordar que este México del presente, es de los ciudadanos vivos y atentos a construir y dejar vivir. 
Que la injusta muerte de los inocentes, se convierta en la fortaleza de los vivos, para volver a engendrar vida en un México sombrío.

3 comentarios:

  1. Excelente Post.
    En verdad ya no sabemos si enorgullece más lo que fuimos o lo que somos, ya que seguiremos siendo lo que nuestra voz de libertad y justicia exclama en lo más recóndito de nuestro ser, es decir, silencio... silencio que conlleva a la indignación de muchos, silencio que propicia mediocridad, corrupción y conformismo en terceros.
    Sin embargo nunca es tarde, sólo es necesario cambiar... cambiar uno mismo y no esperar el de los demás para cambiar, ya que uno hace la diferencia; y que mejor hacerlo desde nuestra propia trinchera, en mi caso es la a través de la Educación.

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  2. Muchas gracias Germán! un gusto leerte por aquí de nuevo, y con tanto compromiso desde tu trinchera. Un saludo!

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  3. Eso, uno por uno.
    Me caes bien, comandanta.

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