1 de mayo de 2011

La vergüenza de los vivos

La simbólica muerte que mata al Otro: huidizo enemigo cuya existencia me recuerda que mi versión de la verdad y de lo bueno se impone sólo a través de la violencia, mientras en las mesas diplomáticas sonreímos y brindamos con copas llenas de tolerancia vacía de sentido, carente de significantes que sustenten esas versiones escritas de acuerdos y comprensiones, que a lo largo de la historia haremos parecer como hitos de la humanidad.

Vergüenza de vivir donde el otro es enemigo por ser simplemente un espejo en el cual no reconozco mis propios paradigmas; donde veo a quien no me teme para decidir qué es lo bueno, lo verdadero, la voluntad de un dios. Vergüenza de vivir, donde se vitorea la muerte del hombre que significa miedo, para irnos a la cama tranquilos con una paz construida a base de discursos falsos, que de tanto repetirse se creen verdaderos.

Vergüenza de vivir, donde la vida se defiende con uñas y dientes si es prenatal, pero se celebra acabar con ella cuando el fracaso social logrado por nuestras incongruencias, sirvió de caldo de cultivo para el sangriento delito que se paga con una inyección frente a una audiencia cobarde.

Vergüenza de vivir para ser testigos de que morir no ha dejado de ser la única ventana abierta a nuestra incompetencia para apreciar la diferencia sin temblar al verla; para ser testigos de cómo nuestra idea de lo que nos diferencia de las bestias es, al tiempo, nada más que una herramienta para justificarnos cuando nos comportamos con instintos de supervivencia atávicos y propios de la más miserables criaturas. 

Vergüenza de los vivos, por vivir en el mundo donde la cobardía y el miedo se apoderan de nuestra sensatez para simular una triste parodia de lo que en realidad nos gustaría ser: héroes de una historia que está en manos de nuestra propia locura.

2 comentarios:

  1. Vergüenza por ver la celebración de la muerte en las calles del mundo "civilizado".

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  2. Eso, hay que demostrar nuestra indignación. Yo voto por más locura y menos heroísmo (y a la próxima locura con-vista-al-mar, vamos juntas. hip hip.)

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