24 de diciembre de 2010

Para ti

 

 Desde este lugar, en el que la luz se deja ver entre los huecos que el viento acomoda a su antojo; busco ojos que quieran encontrar y contemplar lo posible,
desde este escondite donde los miedos se apaciguan y el frío atempera;
encuentro sin remilgos una mano amiga, un impulso, un soplo de aliento para continuar.
Desde la  trinchera donde escribo;  encuentro el eco de las voces que se alzan buscando una nueva realidad. 
Para esos ojos, esas manos y esas voces, 
deseo el calor del sol, la saciedad del agua, la frescura del viento, la fertilidad de la tierra;
deseo la risa incontrolable, las miradas cómplices, los oídos atentos, las cálidas manos que acaricien.
Deseo el tiempo y la luz; un lugar... un puente... un altavoz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario