6 de agosto de 2010

Causas y consecuencias

Si es la educación, el culpable es el SNTE. Si se trata de salud, el IMSS. Si es el empleo, el Secretario en turno (es indiferente el ejercicio de gobierno). Si la inseguridad, la policía. Si el narco, los políticos (éstos últimos culpables siempre de todo). Así una interminable lista de culpables inmediatos que traemos a la arena pública como si los problemas de hoy, se hubieran originado el día de ayer, con un nuevo empleado en la administración de los diferentes servicios públicos. 
Para resolverlos -o más bien, armar un escándalo alrededor de ellos,- buscamos un culpable único al que le podamos atribuir la responsabilidad de todo, en un proceso que nos permite exorcisar rápidamente el problema, para que con la misma velocidad, vuelva a la cueva donde estaba oculto para desaparecer ante la ola de escándalos sucedidos uno detrás del otro. 
No creo que sea sensato  este proceso. Los problemas de hoy tienen años o siglos de arraigo en nuestra sociedad y cultura. La educación hoy, se ve en buena parte obstaculizada por lo que representa el SNTE: el origen de sindicatos creados para generar poder, no justicia. Pero también se ve obstaculizada por la indiferencia de la sociedad, por la continua alimentación de la ignorancia para los fines y bienes que mejor convengan, sean de gobernabilidad, corporativos, de "paz social" u otros tantos. La mala gestión educativa tiene su raíz en la politización de la administración pública, en la incapacidad para exigir rendición de cuentas, en la comodidad de la ignorancia, en la falta de visión a largo plazo, en el orgullo nacional tan bien arraigado y tan poco fundamentado. 

Lo más importante además es que la baja calidad educativa, tiene por un lado, actores responsables (más que culpables) y como tales, capaces de transformar el sistema educativo, y por el otro, es un problema interconectado con las condiciones que generan inseguridad, narcotráfico, corrupción, entre tantos. 
Mientras no tengamos un espacio para atender las causas con visión a largo plazo y con claridad en la conexión de los problemas entre sí, no podremos más que tapar los problemas de hoy que son síntomas de años de atender a medias las consecuencias y no el origen de nuestro decepcionante presente manchado de sangre, mentiras, fraudes y actores políticos que conciben el país en periodos de gobierno.

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